Un cumpleaños muy especial

El sábado 14 de agosto por la noche celebramos, en la casa de campo que tiene un tío de Xavi en Castalla, el 50 cumpleaños de la amiga Maika, nuestra Nenica. Una cifra redonda para una mujer especial, única, irrepetible, que en tan poco tiempo ha cautivado el corazón de todas y todos los que la conocemos. Es, como decía, un ser que se hace fácilmente de querer, tierno, alegre, cariñoso y ejemplo de superación en la vida. Porque la vida de Maika no ha sido, precisamente, de color de rosa, ella ha hecho que, con la valentía, el coraje y la fuerza que la caracterizan, si no rosa, sí que sea de una gama muy próxima a este sensual color.
Fue una fiesta sorpresa para ella. Se trataba de cenar y pasar una noche agradable a su lado. Y así fue. A las 21.45 h llegó al chalet con Delia y Samuel completamente engañada. Pensaba que iban a recoger a Bea y Xavi para después ir a picar algo, ellos y unos cuantos más, a cualquier bar de Castalla. Pero no. Había todo un sarao montado desde el mediodía, con comida a reventar, abundante bebida, música, luces, humo de discoteca, fuegos artificiales, proyección de un vídeo con fotos sobre este medio siglo de vida de la cumpleañera, regalo y canción compuesta ad hoc. No faltaba ningún detalle, porque detrás de la organización estaba, ni más ni menos, que la concejala de Fiestas y Turismo de la cuchipanda más cuchipandera de Alicante, la sin igual Delia, a la que quiero felicitar desde aquí por todo el trabajo realizado durante estos últimos días, desde la coordinación, a través del correo electrónico y el teléfono —érase una vez una mujer pegada a un móvil—, de la compra de todo lo necesario para la ocasión hasta la recopilación de fotos de Maika y el montaje de un vídeo que hizo llorar a más de una y de uno. ¡Cheapeau, Delia! Con la gestión de este gran y esperado evento nos has demostrado a todas y todos, una vez más, por qué eres, a título propio, la concejala de Celebraciones Varias (léanse cumpleaños, aniversarios, bodas, viajes, despedidas, comidas, cenas y un larguísimo etcétera de actos más).
Sin duda, fue una velada muy emotiva por muchas razones, pero sobre todo porque Maika disfrutó con la presencia inesperada de sus hijos y de su querida amiga Silvia y de toda su cuchi, como la llama, y porque nosotros también disfrutamos con ella. Veinte personas quisimos rendir un homenaje a esta madre coraje, amiga incondicional que nos ha dado tantos y tantos momentos de alegría. No podíamos fallarle y creo que no lo hicimos. La ocasión lo merecía: no todos los días una amiga cumple medio siglo de vida.
Maika, te quedan, por lo menos, otros cincuenta más. Y todas y todos queremos que sean de auténtica felicidad, ni más ni menos la que te mereces. Confiamos en continuar viéndote tan feliz como hasta ahora. Y recuerda: el pasado, pasado es. No mires atrás ni para coger carrerilla. ¡Adelante, como los de Alicante!
Nenica, estás estupenda. ¡Qué cincuenta años, mare meua! El tuyo sí que es un espíritu joven, incansable, luchador. En dos meses tu hija Estefanía te hará abuela. ¡Enhorabuena! ¡Pero qué abuela! Tu nieta Zaira está deseando verte, que la cojas en brazos, que la pasees por la calle en el carro, que le cambies el pañal, que la duermas... Estoy convencido de que mis ojos verán a abuela y nieta, juntas, de marcha, un sábado por la noche. Ojalá...
Simplemente, te queremos. No cambies nunca. No todo el mundo puede decir que tiene una madre, una suegra, una nuera, una vecina, una compañera, una amiga... como tú. Las que y los que te conocemos tenemos la suerte, y el privilegio, de formar parte de tu vida. Lo es todavía más que tú formes parte de la nuestra.
Insisto: porque eres una mujer especial, y porque te lo mereces, en nombre de todos los presentes el sábado y también los ausentes, ¡felicidades, Maika!
Y ahora, como diría la dicharachera Raquel, cantemos todos juntos: ¡bien por Maika, bien, biieenn, biiieeennn, biiiieeeennnn, biiiiieeeeennnnn!