11 de març del 2011

El metrobús, ¿no existe?

La Comunidad de Madrid, que preside y dirige Esperanza Aguirre, acaba de publicar una oferta de trabajo suculenta que puede interesar a más de una y de uno. «Se busca consejer@ de Transportes e Infraestructuras responsable, informad@ y no mentiros@.» Yo tengo una amiga concejala, ahora en el paro, que sin duda haría este trabajo mucho mejor que lo hace José Ignacio Echevarría y se conformaría con ganar una décima parte de lo que gana este señor, que no pega palo al agua y se ríe, con ovación y aplausos de sus compañeros en la Asamblea, incluida su jefa, del ciudadano de a pie que se levanta todos los días a las seis o a las siete de la mañana para ganar al mes lo que él gana en menos de una semana por desconocer lo más elemental de su cargo.
Que el titular de los transportes y de las infraestructuras de la Comunidad de Madrid diga que el metrobús no existe me parece ya el colmo de los colmos. Mi madre diría: «¡qué sirvengüencería!» Sinvergüencería es poco, a mi modo de ver. Burla y falta de respeto a todas las madrileñas y todos los madrileños, diría yo. Es de una gravedad que requeriría, sin duda, la dimisión de este político inepto. Pero como el PP no sabe conjugar el verbo dimitir, pues ahí continuará el susodicho, diciendo sandeces y demostrando con palabras su total y absoluta incompetencia.
El metrobús no existe, no. Entonces, ¿lo que ha subido un 21% a partir del 1 de enero de este año qué es? De 7,40 euros que valía el año pasado el bono de 10 viajes a 9,30 euros que cuesta ahora. O lo que es lo mismo, con el metrobús fantasma te ahorras 7 céntimos por trayecto, o 70 céntimos en diez desplazamientos. ¡Ni un viaje! ¡Olé la gestión de los populares! Ya sabemos como van a sacar el país de la crisis cuando gobiernen el año que viene...
Me parece que las declaraciones de este consejero, además de chulescas, son una tomadura de pelo a la ciudadanía madrileña y reflejan una desfachatez que supera todos los límites. Constantemente me quejo de la política italiana y en especial del presidente de la república bananera de Italia, Silvio Berlusconi. Pero lo de la Comunidad Valenciana con Camps o la de Madrid con Aguirre es ya de juzgado de guardia. ¿Dónde está Esperanza que no sólo no ha tirado a la calle a su súbdito, sino que encima lo ha disculpado y ha dicho que una equivocación la tiene cualquiera? No se equivoque, señora presidenta. Hay equivocaciones y equivocaciones, y lo que no se puede consentir, de ninguna de las maneras, es que el máximo responsable en materia de transportes e infraestructuras diga que no existe este título cuando está en funcionamiento nada más y nada menos que desde hace trece años. No, no y no. Es como si el consejero de Sanidad dice que no hay quirófanos en los hospitales, o el de Educación que no hay pizarras en las aulas.
Creo, además, que la señora Aguirre no es la más indicada para disculpar equivocaciones. Que a nadie se le olvide que cuando fue ministra de Educación, Cultura y Deportes, entre 1996 y 1999, le preguntaron por Santiago Segura y dijo que sus cuadros le apasionaban. Todos sabemos que el actor, guionista, director y productor de cine es muy polifacético, pero, al menos por aquel entonces, no pintaba cuadros.
Me hierve la sangre, no lo puedo negar. Y como de mi pluma no salen más que palabras de desprecio hacia estos gobernantes de la gaviota blanca sobre fondo azul, dejo paso a la voz anónima de un ciudadano que vive en la comunidad de las siete estrellas: «Todos los madrileños nos hemos sentido humillados con esto. Todos (de izquierda y de derecha). Si de verdad el gobierno de la Comunidad de Madrid quiere demostrar que le importan los madrileños, que cese a este señor.»
Se nota que Echevarría hace poco uso del metro y del autobús, se nota. Yo, para que supiera lo que vale un peine, le retiraba el coche oficial que le lleva al distrito de Chamberí y le hacía ir en transporte público cada día a la consejería a calentar la silla. Iba a saber entonces si existe metrobús o no. Iba a saber cómo van los vagones de algunas líneas a las ocho de la mañana. Iba a saber las colas que se hacen para comprar el fantasmagórico título. Iba a saber lo que se siente al oler el sobaquillo pegado a la cara de uno o una que, muy probablemente, ha votado a su partido político. Iba a saber...
En algunos foros es vox populi la incompetencia, el recochineo, la ineptitud, el escándalo, la soberbia, la falta de respeto y un larguísimo etcétera con la que ha actuado este haragán de traje y corbata. La ignorancia, que es muy atrevida...

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