12 de juliol del 2010

Ciao! (castellano)

Viernes, 9 de julio. Último día posible para que suene el teléfono desde Barcelona. Hace tres semanas ya de la dura y agobiante entrevista a la que me tuve que enfrentar por primera vez en mi vida. Ya hace también unos días que mi pareja y yo hemos perdido las esperanzas de ver el prefijo 93 en el móvil. «No pasa nada» —le dije yo la noche anterior, con una cierta resignación. «Al menos lo hemos intentado» (en plural, sí, porque este proyecto ha sido, desde un principio, cosa de dos, de los dos). «El martes iremos a Castellón y lucharemos por la plaza de Cambridge.»

Concentrado en la preparación del examen de recuperación del nivel C1, aquella tranquila y calurosa mañana de julio era, como ya he dicho, la última en la que podía ocurrir lo que, efectivamente, deseábamos que ocurriera. Y ocurrió. A las 9.58 h un rrriiiinnnnggg rrrriiiinnnngggg alteró el silencio de aquel recién reformado despacho. Miré la pantalla de aquel simple pero útil celular y vi el anhelado 93, el prefijo que des del 18 de junio quería ver.

- Bon dia. Que parlo amb l’Òscar Banegas?

- Bon dia. Sí, sóc jo.

- Truco de l’Institut Ramon Llull de Barcelona i volem donar-te l’enhorabona perquè has estat seleccionat com a lector per a la plaça de Bolònia (Italia).

Silencio.

- Que no et fa il·lusió, Òscar? –digué aquella amable veu femenina.

- I tant que sí. Disculpa’m, però ja no esperava aquesta telefonada i és com que no m’ho crec.

- Entenc això. Hem trigat fins a l’últim moment perquè el procés de selecció s’ha allargat una mica, hi havia molts candidats.

- Moltes gràcies.

La conversación continuó con una serie de instrucciones y de informaciones y el anuncio de un inminente correo electrónico que, al volver de comunicar la noticia a mi novio, ja tenía en la bandeja de entrada. Todavía estupefacto, poco a poco, acababa de asimilar la noticia y comenzaba a ser consciente de todo lo que implicaba que aquel 9 de julio sonara el teléfono: ni más ni menos que un cambio de vida —literal— para los próximos un, dos, tres... años, no se sabe.

Porque, efectivamente, desde aquel viernes el Institut Ramon Llull (www.llull.cat) me considera lector de la Red universitaria de estudios catalanes, es decir, profesor de catalán en una universidad de fuera del dominio lingüístico. Eso significa que probablemente a final de septiembre nos trasladaremos a Bolonia y que a principios de octubre comenzaré a impartir clases de lengua, literatura y cultura catalanas en la universidad más antigua de Italia y de Europa, la Università degli Studi di Bologna.

La decisión está tomada y es firme. Tengo el apoyo de mi chico, de mi familia y de mis queridas amigas —también tengo amigos, eh?, pero son mayoría ellas, guapas y estupendas todas. Es una cosa que quería hacer desde hace mucho tiempo y creo que ha llegado el momento de vivir esta —speriamo bene— maravillosa experiencia. Como decía una publicidad que aquel mismo día había en mi buzón, «hay oportunidades que se presentan sólo una vez en la vida.» Pues eso. Más claro, el agua, la de la Caleta gaditana o alicantina, da igual.

No hace falta que diga que tenemos miedos, jo creo que lícitos y normales, en la medida de que el cambio conlleva mucha incertidumbre: buscar un alojamiento; el aprendizaje del idioma por parte de mi valiente novio; la mentalidad italiana, retrógrada y cerrada, para algunos temas como la homosexualidad; la enseñanza de literatura, cosa que no he hecho nunca, y muchos otros pequeños detalles que, a priori, nos inquietan.

Pero, por encima de los miedos, están las numerosísimas ventajas que tiene esta nueva aventura: enriquecimiento y crecimiento de todo tipo —personal, de pareja, laboral, cultural...—; práctica y perfeccionamiento de un idioma, el italiano, que desde septiembre del 2005 estudio en la Escuela Oficial de Idiomas de Alicante; turismo por la bella Italia; conocimiento de gente de todas las partes del mundo, no sólo de la patria berlusconiana; la enseñanza de mi lengua, literatura y cultura a un estudiantado motivado a más no poder y un largo etcétera de razones que hacen que, en estos precisos momentos, mucha gente me confiese su sana envidia. Será, en definitiva, un reto en toda regla que no nos reportará más que beneficios. No me cabe ninguna duda.

Beneficios que, todo sea dicho de paso, queremos compartir con todos vosotros. Y la única manera que tenemos de hacerlo es abrir nuestros brazos, nuestros corazones y las puertas de nuestra futura casa a todas aquellas y todos aquellos que nos queréis y que siempre habéis confiado plenamente en nosotros, Óscar I i Òscar II, los Oscar no de Hollywood pero sí de Madrid —de Legazpi—y de Alicante —de la Virgen del Remedio—, y a partir de ahora también de Bolonia.

Ciao, ragazze e ragazzi! Ci vediamo presto. Vi aspettiamo a Bologna.

1 comentari:

  1. Que bien Òscar, te lo mereces todo!
    Espero que tengais buena suerte y que todo vaya como lo quereis.
    Para todo lo que necesitáis yo os ayudaré con mucho placer.
    Cuando podré iré a Bologna, antes todo para veros y luego porque tú verás Bologna antes que yo. XD
    Muchos besos a los dos ÒÓscar!
    Neom

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